miércoles, 27 de octubre de 2010

Rumores, Bizcochos y Arándanos.

- No ha sido fácil pedirte que vinieras hasta aquí, te lo prometo. Pero debes entenderme, necesitaba verte. Sé lo que estás pensando, que todo esto no tiene sentido, que no puedo llamarte así como así, sin respetar nada. Seguro que estás ocupada, tendrás mil cosas que hacer. Pero es importante. Bueno, al menos para mí es importante. De todas maneras, ante todo, te agradezco que estés aquí, ¿lo puedo interpretar como una señal?, bueno mejor no, no cambio nunca, ya me conoces. Aunque nada me quitará la ilusión, lo siento. Bueno voy a intentar resumir en unas pocas frases todo lo que quería decirte. Incluso había pensado en preparármelo a modo de discurso, ya sabes, apuntarlo todo en un trozo de papel, o al menos un guión, para no perderme. Cuando pienso en ti siento que la cabeza me hierve. Se amontonan las ideas, los sentimientos, quizás los recuerdos, no lo sé, pero me mantienes activo, vivo. No es que vaya a morir si me rechazas, no me malinterpretes, ya sabes, lucho por ser autosuficiente, aunque algunas veces cueste, pero lo intento cada día, y voy progresando no creas, poco a poco me conozco mejor y, bueno vale me callo, tu mirada te delata. Por eso lo del guión, siempre me voy por las ramas, no te voy a sorprender ahora. Vale a lo que iba. Pues eso, a ver, pues que, en fin, que te echo de menos. La verdad, así dicho, parece un argumento de poco peso, al fin y al cabo es sólo mi opinión, ni siquiera te he preguntado por lo que tú piensas de todo esto, pero bueno, ya sabes, estás aquí, y, bueno, bueno mejor continúo. Oye, si me largué así, de repente, lo siento, simplemente tenía miedo, sé que mi cobardía te destrozó, pero bueno, es que, bueno no tengo excusa, pero te digo la verdad, simplemente me dio miedo. No sabía si era capaz de poder estar contigo, bueno con nadie, ni siquiera me sentía capaz de estar a solas conmigo mismo. Pensar que tenía que cuidarte día a día, me aterrorizaba. Aunque está claro que es una tontería, eres mayorcita como para cuidarte por ti misma, sin la ayuda de mi torpeza, no hay más que verte. Estás genial. Aunque no pares de fumar, ¿por qué fumas? Antes casi no lo hacías, bueno el tabaco es una de mis debilidades, no soy el más indicado, pero he pensado muchas veces en dejarlo, otra vez me estoy yendo. Voy a centrarme. Es mejor que acabe con todo esto. Estoy un poco nervioso, aunque no sé, eres tú, no debería estarlo. Oye, me importas, mucho. Sé que oíste muchas cosas sobre mí, sobre mi comportamiento, bueno, lo pudiste comprobar por ti misma en muchas ocasiones, pero no todo era cierto. No sé, quizás entré en una espiral que poco tiene que ver conmigo, poco o nada. Ahora me planteo porque me importaba tanto lo que sucedía allí, creo que estaba demasiado desubicado, no sólo en la ciudad, que bueno, no era como te imaginabas, sino en mi vida. Bueno, tampoco es que tuviese motivos para andar quejándome siempre como lo hacía, pero, bueno, vale, vuelvo a lo que te decía, vaya facilidad la mía para irme a otros lugares, qué te voy a contar que ya no sepas. Mira que sólo quería decirte que no sé tú, pero que para mí nada de esto tiene significación sin ti. Te necesito, y ese es el problema, que parece que tú a mí no. En realidad estoy seguro de ello. No dices nada, bueno, mejor así. Bueno, dime algo, no sé, lo que sea.
- ¿Se han decidido ya?
- Sí, bueno, a ver, bueno, un té, bueno no, mejor un café, con leche, sí, bueno descafeinado con leche, mejor, hoy ya he tomado demasiado café, de sobre, mejor de máquina. Para ella, no sé, pues, ¿bizcocho de arándanos? Sí. Bizcocho de arándanos y zumo de piña. Gracias. Antes te encantaba el bizcocho de arándanos, quizás querías otra cosa, bueno puedo llamar a la camarera y pedir lo que prefieras. No sé, parece que no te apetece, pero en este sitio el bizcocho está exquisito, te va a encantar, aunque bueno si quieres otra cosa, pues se pide ya está, no pasa nada. Bueno lo que te estaba diciendo. Ya me perdía otra vez.

No hay comentarios: