miércoles, 27 de octubre de 2010

El amor de mis fobias

La primera de mis fobias fue la más especial, jamás he temido tanto a nada como al viento. Su pérdida me causó trastornos, pero lo superé. Pronto llegarían otras; auclofobia, dementofobia, ilingofobia, colpofobia, monopatofobia, ataxofobia, pnigofobia, cleitrofobia, epistaxiofobia… Todas dejaron su huella, pero aún conservo el tacto del viento en mi piel, y tendría mi pelo despeinado en su honor si no fuera porque la hipertricofobia me obligó a cortármelo al cero y ya me he acostumbrado. Todas me abandonaron, reconozco no ser un gran amante.
Hace poco he vuelto a ilusionarme, una nueva fobia ha entrado en mi vida de forma decidida, dispuesta a cambiarla, se llama fobofobia. Al principio fue algo así como un coqueteo, pero ha ido a más, y para qué negarlo, he perdido la cabeza por ella. Claro que ahora más que nunca echo de menos mi anemofobia.
Cosas del amor y cabezas desubicadas.

No hay comentarios: