miércoles, 27 de octubre de 2010

Absoluta

Una luz amarilla me despierta del trance. Me pregunto cómo he podido conducir por ésas calles, no recuerdo pasar por la casa de escaleras altas o el barrio del mismo color. Conozco esos lugares como propios, de la misma forma que sé cuál es el cajón de los calcetines. Mi coche necesita gasolina, pero son las cuatro de la madrugada, estoy cansado y me noto pesado, como al despertar del placer de la anestesia. Después de veintidós kilómetros de callejeo sin encontrarte asumo mi derrota. Además sé dónde estás.
-¿Eres estúpido?, sobreestimo tu inteligencia-, dice mi hermano mayor, que viaja en el asiento de copiloto.
Llego a casa, oigo los ronquidos de mi padre, tiro la chaqueta a la silla más cercana al sofá, pero cae en el suelo. Tengo hambre. Mi estómago se queja, pero lo mantengo a raya. Me siento, enciendo un cigarro y lo apago después de dos caladas. Decido irme a la cama, pero no puedo.
-Aquí no conseguirás nada, sentado es imposible andar- replica mi hermano mayor, mirándome desde la puerta de la cocina.
Me encuentro con ánimo y decido escribir, todas estas ideas tienen que reflejarse en algún sitio. Escribo trece líneas sin parpadear, casi aparecen solas como un conejo en un sombrero de copa. Las leo. Las releo, lo hago de nuevo. Me doy cuenta que mi vida no es tan atractiva, conozco a unas pocas personas a las que le interesa lo que ocurre conmigo, pero no tanto como para leer esta absurdez. Mi vida tiene la cara triste y me mira con súplica. Y caigo en la cuenta, mi vida no es absurda porque ya no es mía, ahora pertenece a ti, tú llevas el timón y yo sólo limpio el parqué de proa. Ahora es absoluta, no miento, no me invento nada, me convierto en honorable y respetuoso, sincero y sensato.
-¿Un barco? Tú no tienes galones-.
-Los tendré y lo sabes-.
-No me hagas reír. Llevo toda mi vida intentando abrirte los ojos y sólo consigo que aparezcan más arrugas en tu frente-.
-Tú estás muerto. Descansa de una vez-.
-Vendrás conmigo cuando tu barco vaya a pique-, ríe mi hermano.

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