jueves, 29 de enero de 2009

BREVE HISTORIA INFINITA

Leer entre líneas se le daba fatal. El problema: su inseguridad, su miedo al fracaso, a creer hacerlo mal. Fracasos académicos, amorosos, familiares… venían derivados de su problema. Se le acababa el tiempo y no sabía qué hacer.
Alcohol, música y cannabis eran su anestesia, a veces juntos, a veces separados. Esto desembocaba en insomnio, llanto, kilos, desconfianza, algo de autodestrucción ……
Las paredes le atrapaban y solo deseaba recibir visitas o que se acabaran los cinco días; sólo así era libre pero eso era mentira. Ante los suyos hacía de actor y siempre se sentía el eterno Ed Harris, en segundo plano.
Estaba tan lejos de su casa………
Constantemente prometía el punto de inflexión que le hiciera cambiar y recuperar su propia confianza o quizá obtenerla por primera vez, ya no se acordaba, y ese punto no llegaba, se alargaba la agonía. Incluso le llegaba el amor ante sus narices y permanecía estático, y de nuevo llanto. Reconocida mala compañía por el supuesto affaire con alguna droga. Oía consejos casi a diario que malgastaba para alimento de su inseguridad. Siempre a la defensiva, kilos de insatisfacción.
Conseguía sobrevivir porque en el fondo era inteligente, tenía buenos genes y algún buen amigo y gracias a ello aprendió algo; una pizca de placer.
Decidió confesar consciente de la ilegalidad de una ejecución, pidió perdón, pidió perdón, no fue suficiente en el comienzo. Largas tertulias de un solo orador, dolor de cabeza, sentimiento de culpa, ganas de viajar en el tiempo, una de las pocas cosas maravillosas en la vida que refería Kapowsky en su Burla.
La confesión le trajo el indulto tras un atormentado y aprovechado verano y fue entonces cuando llegó el punto de inflexión que tanto prometía antaño.
¿Sería posible volver a empezar? De nuevo la inseguridad. Pero esta vez sí. El presente es el pasado del futuro. Cambió de residencia, perdió de vista a mucha gente, conoció a otra, cambio de corazón, de peinado, descubrió nuevas habilidades. Aún así sabía que su nivel no era ese pero es el que había elegido y no lo podía desaprovechar, ahora no! Ya tendría tiempo de seguir, el objetivo era recuperar terreno perdido. Y todo salió bonito.
Parece que sigue el buen rumbo aunque aún debe mejorar. No se le da nada bien seducir, debería leer más, cuidarse más, viajar más,…. Sin embargo ha aprendido a luchar, a escuchar, a no esconderse, ama el rojo aunque no bajo los párpados, quiere derrotar al Padre Cucharón, no soporta la incultura consentida por el propio inculto, conoce a pequeñas grandes damas, a nuevos camaradas, conserva al amigo hipocondriaco y aprende de él, ha descubierto que le gusta escribir aunque también debe aprender, entiende canciones que antes sólo oía sin más, juega con coches, sueña en azteca, en argentino, en francés, catalán y euskera.

Ahora procura una armónica, ¿llegará a California?, sólo ansía una despedida como la de Penélope a Ulises.

No hay comentarios: